Agile & Productivity Strategies

“No es resistencia, es falta de claridad.” Heath B, C.

Los detalles son cruciales para el entendimiento profundo de cualquier situación. A menudo, la falta de claridad en los siguientes pasos a dar puede surgir de la ausencia o ambigüedad de información, lo que suele llevar a malentendidos, indecisiones, e interpretaciones erróneas de lo que se quiere lograr.

Actuar desde la percepción de que algo no está resultando como esperábamos, da pie a reacciones desesperadas. Lo que puede resultar en inconsistencias, altibajos, o renuencia. Lo que no es necesariamente cierto, aunque así se perciba. La falta de visibilidad en las metas, la poca o nula estrategia de dirección, la indeterminación en la concepción de acciones y en la toma de decisiones, todo suma al malestar de incertidumbre y por consiguiente, a la resistencia natural ue generamos al riesgo y a lo desconocido.

Lo cierto es que no siempre se tiene claridad a largo alcance de ningún plan por más sencillo, conocido y repetitivo que parezca. Cada situación presenta circunstancias particulares y cada quien las confronta según sus capacidades.

Sin embargo, hablar de tener los detalles o la claridad en el plan a seguir, no significa que tengamos predefinidos cada paso a dar, sino que contemos con la apertura suficiente para adaptar nuestro plan general con ajustes conscientes. La certeza de lo que queremos conseguir y la confianza de los recursos, capacidades y habilidades con los que podemos conseguirlo, son la claridad que necesitamos.

“No es pereza, es agotamiento.” Heath B, C.

Otra manifestación de posible resistencia es el desgaste anímico. Existe una discrepancia entre cansancio y agotamiento, que puede tener implicaciones tanto físicas como emocionales. Mientras el cansancio puede manifestarse a nivel físico o mental, el agotamiento va más allá y afecta principalmente el ánimo. Este estado no necesariamente surge por falta de interés o indiferencia, sino que puede ser resultado de las bajas reservas de motivación, convicción o emociones positivas.

La planeación de actividades, considerando las que conllevan más desgaste anímico, juega un papel determinante. En tanto que aseguramos realizarlas cuando nuestra carga anímica todavía es alta, como puede ser al inicio del día, cuando todavía nonos hemos ahogado en pendientes y compromiso.

Cuando las tareas diarias demandan un esfuerzo constante sin permitir la recuperación necesaria, el desgaste anímico se convierte en un factor significativo que afecta el bienestar general y afecta incluso en tareas que no suelen representar un reto. En estos casos, es crucial encontrar espacios para la restauración emocional y la renovación de la energía vital.

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