Todos tenemos hábitos. Rutinas conscientes o costumbres inconscientes, que entorpecen o agilizan tu progreso en cualquier jornada.

Ya sea para un objetivo particular, un proyecto personal, o un compromiso laboral; mantenernos en movimiento, dentro del rumbo y con un ritmo constante, no sólo depende del plan de acción, también del origen y la determinación de nuestros hábitos. Todas nuestras costumbres, incluyendo aquellas indirectamente involucradas y profundamente arraigadas, tienen impactos considerables en nuestro camino.

Mucho se habla de que la disciplina es la actitud clave para el éxito en cualquier meta. La disciplina, por ejemplo, se forja con hábitos de compromiso y constancia, pero, ¿cuáles son, y cómo se obtienen? ¿y qué otras habilidades se requieren para contener o redirigir aquellas costumbres que no nos acercan a nuestros objetivos?

Es importante recordar que, ‘hábitos’ no son solo rutinas o costumbres positivas. ‘Hábitos’ son todas aquellas acciones (positivas o negativas) que fuimos programando a lo largo del tiempo y que ahora, ya se disparan inconscientemente. Y eso incluye rutinas destructivas, costumbres limitantes, sentimientos, emociones o creencias fuertemente enraizadas.

Todas estas acciones y reacciones inconscientes alteran la estabilidad de nuestra conducta e impactan de manera silenciosa pero contundente en la definición y el progreso de nuestras metas.

De ahí que durante el proceso de planeación de cualquier objetivo, sea esencial identificar qué hábitos nos van a ayudar, y cuáles podrían representarnos un riesgo.

Habilidades como la perseverancia, la adaptabilidad o resiliencia, la dedicación, el orden, así como la fuerza de voluntad, juegan un papel fundamental a la hora de respaldar y potencíar un habito constructivo, al igual que para mitigar o redireccionar una costumbre o rutina destructivas.

Ahora bien, ¿qué es un hábito, qué es una habilidad? y ¿a qué nos referimos cuando hablamos de hábitos de soporte?

Un hábito es una acción, costumbre, hábito o rutina, adoptada por repetición, y que en la mayoría de los casos, se detona de manera automática. Una habilidad es la capacidad y la destreza que tenemos para gestionar una reacción y ejecutar una acción. Un hábito de soporte son aquellas rutinas que giran en torno a nuestro hábito de primera instancia, para nutrirlo o desvirtuarlo, como es, por ejemplo, dormirse temprano para poder madrugar, o cocinar alimentos saludables para procurar una alimentación balanceada, o en caso contrario, comprar alimentos chatarra, a pesar de haber cocinado saludable en casa.

La buena noticia es que, tanto habilidades como hábitos, ya sean constructivos o destructivos, ambos se pueden aprender así como desaprender.

Moldear un hábito, al igual que con cualquier objetivo, requiere un plan de acción. Primero, ¿qué quiero lograr? y segundo ¿cómo puedo lograrlo? En este proceso de investigación, introspección y preparación, seguramente irán saliendo a relucir todas esas rutinas, costumbres y emociones resistentes al plan. Lo que contestaría a una tercera pregunta ¿Qué o cómo podría frustrar mi plan? Esos son los puntos de inflexión a cuidar de cerca.

Existen hábitos de soporte que ni siquiera suelen ligarse a ciertas conductas, pero que tienen mucho más que ver de lo que nos damos cuenta. Muchos de estos son rutinas básicas que aprendimos, para bien o para mal, en nuestra niñez o durante nuestra formación. Rutinas sólidas como hacer deporte aportan más habilidades a la hora de sostener una actitud de disciplina, que programar seis alarmas. Al igual que la costumbre de renunciar a la primera de enfados, conflictos o complejidades, seguro dificultará la toma de decisiones y la tolerancia asertiva en un momento de frustración.

No se trata de intentar detener o reprimir un hábito cuando identificamos que no nos está siendo constructivo o de valor, sino de cuestionar ¿qué ocasionó este hábito en primer lugar? Lo mismo un hábito que una actitud o una reacción. Como lo es procrastinar. ¿cómo llegamos a este punto? Lo que hay que atacar no es el resultado sino el origen de esta situación, que pudiera ser una costumbre heredada, una creencia aprendida, o una emoción desatendida.

Recordemos que un hábito ha debido repetirse hasta volverse involuntariamente maquinal. Siendo comúnmente el resultado de una situación inconclusa del pasado, deberá pasar por un proceso de confrontación, sanación, superación y reprogramación para poder evolucionar en una rutina nueva, de valor, y más consciente.

Ojo que un hábito de soporte, no es menos importante. De hecho, ignorar los efectos de un hábito por considerarlo secundario, puede causarnos grandes problemas en nuestros planes, puesto que no les dimos seguimiento o no los tenemos en nuestro radar de interés. Tanto para bien como para mal, los hábitos de soporte son rutinas que fundamentan nuestra conducta, y de su confiabilidad y estabilidad depende el alcance de nuestras acciones y la consolidación de nuestros logros.

Do you want to know more about habits?/ ¿Quieres saber más sobre hábitos?

Get to know us!/ Conócenos!

Build powerful habits that drive your professional and personal growth.Identifica la raíz detrás de esas emociones conflictivas, redirecciona toda esa frustración con acciones más conscientes. Llibera tu potencial!
Identify the root cause of those conflicting emotions, and redirect all that frustration with more conscious actions. Unleash your potential!
Construye hábitos potentes que impulsen tu crecimiento profesional y personal.

Rate/ ¿Te gustó?

Rating: 5 out of 5.

¿Quieres saber más sobre este tema? Deja un comentario

Leave a comment