Agile & Productivity Strategies

Las metas nos mantienen en curso hacia nuestros objetivos, no sólo porque nos dirigen sino también porque nos incentivan en el transcurso.

Una meta terminada nos proporciona seguridad “podemos lograrlo”. Además que nos indica cuál es el siguiente paso, el más adecuado segun nuestras aspiraciones.

En el proceso de estructurar objetivos, nos planteamos metas generales que marquen pautas de “control” ¿cómo vamos?, ¿qué más necesitamos? ¿seguimos o ajustamos?

En el transcurso identificamos y estructuramos más nuestras metas, según nuestro progreso las definimos más puntuales, flexibles y potentes.

Recuerda, aunque los objetivos sean maleables en contenido, e incluso de vez en cuando pinten todavía un tanto aspiracionales, las metas no lo son, y se sugieren determinantes en forma, fondo, y de ser posible, también en tiempo. Ello debido a que, finalmente son puntos de dirección y evaluación, aunque también sean momentos de inflexión, ajuste y celebración.

¿Cómo definimos una ruta confiable y resistente hacia nuestros logros?

Existen muchos marcos de gestión de objetivos. Todos altamente efectivos si se tiene la mentalidad y el enfoque adecuados.

Por ello, antes siquiera de hablar de alguna de estas referencias estratégicas, hay que establecer nuestro camino de dulces.

Establece lineamientos de progreso y recompensa. Al momento de definir tus metas, determina algunos condicionales que incentiven al cumplimiento de dichos retos.

No sobrecargues tus objetivos con reglamentos y sobre estímulos, la intención es mantenernos enfocados y constantes, no presionados, ansiosos, y forzados a seguir, sólo por obtener el ‘premio’.

La motivación fluctúa, la disciplina no. Confìa en tus rutinas de concentración y planeación efectivas. Sé flexible en tus avances, pero no condescendiente en sus parámetros de éxito. Recuerda, cualquier paso cuenta pero hay que dar al menos uno para avanzar, independientemente de si un día estamos desmotivados y vamos más lento.

Llena tu agenda de acciones de valor. Encuentra un propósito en cada actividad que lleves a cabo durante el día. Aun si éste es relajarte ya que, también es necesario. Incluso las obligaciones en casa o en el trabajo pueden aportarte algo significativo si las encauzas consciente y provechosamente.

No es lo mismo motivación que motivo. Es cierto, no siempre estamos de humor. Nuestras emociones nos cambian la jugada constantemente, algunas veces nos cuesta reaccionar debida u oportunamente, pero ello no debería de alterar nuestra visión, eso qué queremos lograr, a pesar de los altibajos.

Evalúa objetivamente tu progreso. ¿Vas hacia donde querías? ¿Qué salió bien y qué hay que mejorar? Tu plan no tiene por qué ser perfecto, así que no tienes por qué ocultar o justificar cada falla, aunque si tienes que identiicarlas y reconocerlas. Los mejores aprendizajes surgen de los errores. Nos brindan perspectiva y nos exponen diversas oportunidades de mejora, siempre y cuando estemos dispuestos al cambio y receptivos a la retroalimentación.

Ajusta, Delimita y Actua. La clave para alcanzar el éxito es mantener una visión firme pero con un plan flexible, que permita el ajuste. La claridad en tus objetivos te permitirá delimitar la dirección y el alcance de tu siguiente meta, y con ello, los pasos para actuar con determinación.
Aquí hay algunos consejos para lograrlo:

1. Ajusta tu plan: Antes de comenzar cualquier proyecto, es importante tener un plan claro y realista. Evalúa tus metas, identifica los pasos necesarios para alcanzarlas y establece plazos aceptables. A medida que avanzas, ajusta tu plan según sea necesario para adaptarte a los cambios y a las mejoras que se te presenten.

2. Delimita tu alcance: Es importante establecer límites claros en tus proyectos. Define los las metas específicas que deseas conseguir y prioriza tus tareas en consecuencia. Al delimitar tu alcance, evitarás la sobrecarga de trabajo y podrás concentrarte en lo más importante.

3. Actúa con determinación: Una vez que hayas ajustado tu plan y delimitado tu alcance, es hora de actuar con determinación. Mantén tu enfoque en tus metas y no te desvíes fácilmente. Toma decisiones claras y firmes, y mantén una mentalidad proactiva para superar los obstáculos que puedan surgir en el camino.

Recuerda que el éxito no se logra de la noche a la mañana, requiere tiempo, esfuerzo y perseverancia. ¡Pero con un plan ajustado, un alcance delimitado, una determinación constante, y algunos dulces en el camino! estarás en el ritmo correcto para alcanzar tus metas!

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